Oncoplastia vulvar y vaginal

La moderna cirugía reconstructiva de las lesiones malignas de la vulva ha seguido un camino similar al de la cirugía oncológica moderna de la mama. Pero aquellos que se dedican a ello son casos excepcionales. Extirpar el tumor y devolver forma y función es el objetivo de la cirugía oncoplástica.

Cirugía demolitiva y oncoplástica

Indicazione

tumores vulvares

Tecnica

demolición y reconstrucción vulvar

Procedura

90/180 min, anestesia local + sedación o raquídea, hospitalización o hospital de día

Dolore post operatorio

medio si usa analgésicos comunes

Complicanze

raros (infecciones, hematomas, dehiscencia de heridas)

Recupero

 60/120 dias

Femifill vulvar como resultado de la radioterapia

tecnica

muestreo de tejido adiposo, tratamiento adecuado del mismo, implantación multicapa de diferentes preparados adiposos + láser co2 vulvar

Procedura

60/90 min, anestesia local + sedación, hospital de día

dolore

pobre si se usan analgésicos comunes

complicanze

raros (infecciones, hematomas)

recupero

2/4 semanas

La demolición de las lesiones malignas vulvares ha experimentado una evolución a lo largo de los años, exactamente como ha sucedido con la mama. La moderna vulvectomía parcial o segmentaria implica la exclusiva extirpación de un cuadrante. Esto ayuda a lograr la radicalidad en la extirpación y facilita la reconstrucción. La vulvectomía total (demolición total de la vulva) se sigue de la reconstrucción, que tiene como objetivo la restauración anatómica y funcional. Las técnicas reconstructivas actuales son refinadas y ayudan a reducir los tiempos de hospitalización facilitando los procesos de curación. Cuando está indicada, la linfadenectomía puede valerse de la microcirugía de los vasos linfáticos para minimizar las consecuencias de la interrupción de las vías linfáticas. La preservación de la función clitorídea y el respeto de la anatomía, en la medida de lo posible en función de la seguridad oncológica, deben ser considerados al máximo, especialmente en mujeres jóvenes para preservar la sensibilidad y en aquellas menos jóvenes para evitar que la amputación del clítoris pueda generar patologías intensamente dolorosas. La conservación máxima del clítoris se realiza mediante una cuidadosa disección de los planos y, si es necesario, recurriendo al envío intraoperatorio de pequeños fragmentos de tejido profundo junto al clítoris que confirmen al cirujano la escisión radical y la no necesidad de proceder a una demolición adicional. En caso de que el clítoris deba ser demolido simultáneamente con la demolición, se puede proceder a la movilización de los dos brazos clitorídeos, que, convenientemente exteriorizados y superficializados, permiten preservar al menos parcialmente la sensibilidad del órgano. A veces puede ser útil combinar la reconstrucción mediante colgajos con el injerto del clítoris con piel tomada de una zona cercana para poder cubrir el clítoris con una piel lo suficientemente delgada como para garantizar la sensibilidad.

Antes y Después

Antes
Después
Scroll al inicio