Atrofia genital

La atrofia de los tejidos vulvares y vaginales puede deberse a múltiples motivos. El proceso natural e inevitable de envejecimiento, así como las condiciones patológicas que pueden surgir incluso a una edad temprana, conducen a una disminución de la vascularización de los tejidos con el consiguiente adelgazamiento de los tejidos. La reducción de la producción de hormonas endógenas y los cambios metabólicos repercuten en los tejidos cutáneos mucosos y miofasciales que pierden trofismo y elasticidad con el tiempo. El mal ejercicio del sistema pélvico, la reducción de la actividad sexual y el sedentarismo empeoran el cuadro de atrofia senescente. Entre las condiciones que pueden conducir a la atrofia genital incluso a una edad temprana, cabe mencionar las insuficiencias hormonales debidas a los daños de la quimioterapia, la suspensión forzada de la estimulación ovárica, la delgadez patológica, los estados inflamatorios e infecciosos genitales crónicos. El tratamiento debe tener en cuenta al individuo en su totalidad: apoyar la hormona deficiente si es posible o el uso experto de hormonas bioidénticas, complementos alimenticios, nutrición, bienestar, rehabilitación del suelo pélvico. La atrofia de tejidos se beneficia de las terapias regenerativas inyectivas (PRP, lipofilling y en algunos casos ácido hialurónico) y del uso de láseres y radiofrecuencia. La carboxiterapia también ha demostrado ser útil al aumentar la vascularización de los tejidos. También es importante utilizar el producto adecuado para aplicar localmente para aumentar la hidratación y proteger la piel y las mucosas. En resumen, el abordaje debe ser de 360° considerando tanto el cuidado de la persona en su totalidad como el tratamiento local, tanto regenerativo como rehabilitador.

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