Infibulación
Desinfibulación
Indicación
Infibulación
Técnica quirúrgica
realce de los muñones del clítoris +/- reconstrucción de la vulva y los labios menores + femifill vulvar
Procedimiento
90/180 min, espinal, hospitalización
Dolor postoperatorio
medio si usa analgésicos comunes
Complicaciones
raros (infecciones, hematomas)
Recuperación
60/120 dias
El término infibulación tiene como raíz etimológica “peroné” o alfiler en latín. Es una mutilación genital femenina que consiste en la escisión de partes de la vulva. Se clasifican tres tipos de infibulación según la importancia de la demolición del órgano. En el primer tipo sólo se extirpa el clítoris, en el segundo tipo el clítoris y los labios menores, en el tercero el clítoris, los labios menores y los labios mayores. Al derribo y mutilación le sigue la sutura de la vulva, dejando sólo una pequeña abertura que permite escapar la orina y la sangre menstrual. Si también se extirpan los labios mayores, se cauterizan con una plancha caliente. El procedimiento suele ser realizado por un hombre o una mujer de edad avanzada, un imán o un notable local. Esta práctica sigue siendo muy frecuente en determinadas regiones de África, en la Península Arábiga y en algunas partes de Asia. Parece que el origen tiene sus raíces en el antiguo Egipto. De ahí el nombre de infibulación faraónica que se le da a la infibulación tipo 3. Los datos de la OMS indican que en Egipto aún hoy más del 80% de las mujeres han sufrido algún tipo de infibulación y aún más en Somalia. Cabe subrayar que se trata de una tradición cultural y no religiosa porque la infibulación no se menciona en el Corán. Sin embargo, resulta claro que esta práctica se encuentra en países que son casi enteramente islámicos. Los cristianos rara vez practican la infibulación, con la excepción de algunos grupos coptos en el Cuerno de África, Eritrea y Etiopía.
Por qué se practica
El propósito de la infibulación es mantener la imposibilidad de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio y no experimentar el placer que proviene del orgasmo por estimulación del clítoris. Es una tradición que tanto el esposo como la noche de bodas desinfibulen la vulva con una cuchilla. Las relaciones subsiguientes a menudo se vuelven dolorosas y difíciles. En el momento del parto, a menudo, las mujeres son sometidas a nuevas suturas. Es una práctica común en el Bajo Egipto, Sudán y Somalia volver a infibular incluso a las viudas y mujeres divorciadas.
Problemas
Las relaciones son constantemente dolorosas y difíciles; los tejidos cicatrizados son lentos para curarse y a menudo, con infecciones, son poco elásticos y a veces ulcerados. Las cistitis, las infecciones vaginales y las retenciones urinarias son frecuentes. También durante el parto, las complicaciones aumentan significativamente porque el tejido poco elástico de la vulva dificulta el descenso del bebé y la prolongación del parto provoca hipoxia, es decir, una reducción de la oxigenación cerebral. La tasa de mortalidad por parto es notablemente más alta en los países donde se lleva a cabo este procedimiento.
Tratamiento
El tratamiento de los pacientes infibulados debe tener como objetivo restaurar la función y la estética. La parte funcional es predominante y tiene como objetivo hacer que la penetración ya no sea dolorosa y satisfactoria, permitiendo el parto natural y recuperando al menos parcialmente la sensibilidad del clítoris. Los procedimientos más comúnmente adoptados recurren al uso de colgajos, injertos e implantes de tejido adiposo (lipofilling) con el fin de aportar tejido nuevo y sano. La implantación de células derivadas del tejido adiposo permite suavizar las paredes vulvares duras e inelásticas. Se han desarrollado técnicas que permiten la recuperación del muñón del clítoris o la búsqueda de porciones del clítoris no extirpado que, una vez identificadas y adecuadamente diseccionadas, se pueden acercar a la superficie. La superficialización del clítoris restante permite a menudo recuperar parte de la sensibilidad negada. La estética de la vulva también es importante. La reconstrucción del clítoris y de los labios menores con técnicas extraordinariamente innovadoras permite a la mujer infibulada recuperar una estética casi normal.