La glándula de Bartolini

Es una glándula que a veces debe ser extirpada porque se inflama e infecta periódicamente. Si los ginecólogos la llaman «la tumba del ginecólogo», debe haber una razón…

Extirpación de la glándula de Bartolini

Técnica quirúrgica

remoción y reconstrucción por aviones

Complicaciones

30 minutos

Complicaciones

raros (infecciones, hematomas)

Dolor postoperatorio

pobre si se usan analgésicos comunes

Recuperación

2/4 semanas

Extirpación de la glándula de Bartolini recurrente

Técnica

remoción y reconstrucción por aviones

Procedimiento

40/90 minutos, anestesia local + sedación, hospital de día

Dolor

pobre si se usan analgésicos comunes

Complicaciones

raros (infecciones, hematomas)

Recuperación

 2/4 semanas

Femifill® resultado doloroso vulvar de la extirpación de la glándula de Bartolini

Técnica quirúrgica

muestreo de tejido adiposo, tratamiento adecuado del mismo, implantación multicapa de diferentes preparados adiposos + láser co2 vulvar

Procedimiento

60/90 minutos, anestesia local + sedación, hospital de día

Complicaciones

raros (infecciones, hematomas)

Dolor postoperatorio

pobre si se usan analgésicos comunes

Recuperación

2/4 semanas

Se trata de una glándula ubicada en la base de la vulva, en sus porciones laterales. Las inflamaciones de la glándula son bastante frecuentes, pero en la mayoría de los casos, la inflamación se resuelve de forma espontánea o mediante terapia con antibióticos y antiinflamatorios. No son pocos los casos de recurrencia del estado inflamatorio que a veces requieren la incisión de la glándula y su extirpación. Dado que la posición de la glándula es bastante delicada al encontrarse cerca del esfínter anal y de la porción lateral vulvar, rica en terminaciones nerviosas, su extirpación requiere delicadeza e precisión. A veces, la extirpación de la glándula puede resultar en la formación de dolorosas cicatrices que causan dolor durante las relaciones sexuales y a veces también de manera espontánea. Después de la extirpación, es frecuente encontrar pérdida de tejido con aumento de la sensibilidad en la zona intervenida y dolor espontáneo o exacerbado durante el acto sexual. La corrección de los resultados de la extirpación de la glándula o su marsupialización implica un diagnóstico preciso del problema, es decir, determinar si persiste un residuo glandular o si se trata únicamente de una cicatriz residual de la intervención previamente realizada. En caso de que solo se trate de una cicatriz, el implante de tejido adiposo ayuda a elasticizar y ablandar los tejidos, reduciendo en gran medida la componente dolorosa. En casos de residuo glandular, es necesario proceder a la eliminación de lo que queda dentro de los tejidos, después de una correcta identificación de su posición.

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